Algunas cuestiones preliminares

Una de las mayores preocupaciones que se presentan al inicio de una sesión de psicología es cuando aparecen preguntas como: ¿de qué hablaremos, que le cuento, por donde empiezo? No pasa nada, es completamente normal, en este caso será el psicólogo el que te guie y haga emerger la verdad del síntoma.

¿En qué momento deciden las personas acudir a un profesional de la salud mental? Cuando han agotado todos los recursos que tienen y no pueden encontrar una explicación a su síntoma o malestar.

¿En qué te puedo ayudar?

Tanto adolescentes como adultos atraviesan momentos en los que pedir ayuda es un paso importante hacia el bienestar. Estos son algunos de los motivos mas habituales por los que las personas acuden a terapia.

Dificultades en la adolescencia

La adolescencia es una etapa de cambios y retos.
A veces, pedir apoyo externo puede marcar la diferencia.

  • Ansiedad y estrés escolar
  • Uso excesivo de redes y pantallas
  • Autoestima e inseguridad
  • Dudas sobre identidad y sexualidad
  • Problemas en las relaciones sociales
  • Gestión de emociones intensas
  • Conflictos familiares

Dificultades en la vida adulta

En la vida adulta, las responsabilidades y los cambios pueden generar malestar emocional. Estos son algunos de los motivos mas frecuentes de consulta:

  • Ansiedad y estrés
  • Problemas de pareja o familiares
  • Autoestima e inseguridad
  • Depresión y falta de motivación
  • Dificultad en la gestión emocional
  • Adicciones (alcohol, sustancias, juego)
  • Problemas de sueño
  • Crisis vitales y cambios importantes

Duración de las sesiones psicológicas: 45 minutos

La elección de una duración estándar de 45 minutos en la práctica clínica psicológica responde a una combinación de factores empíricos, clínicos y organizativos.
En primer lugar, este intervalo temporal favorece el mantenimiento de la atención y la concentración tanto en el paciente como en el terapeuta, evitando la fatiga cognitiva y emocional asociada a sesiones prolongadas (Kazantzis, Whittington, & Dattilio, 2018). Además, permite estructurar adecuadamente el proceso terapéutico en tres fases diferenciadas: apertura, desarrollo y cierre, lo que contribuye a una mayor claridad y eficacia en el abordaje de los objetivos (Beck, 2011).

La evidencia empírica muestra que numerosos modelos de psicoterapia, particularmente la terapia cognitivo-conductual, han demostrado su efectividad en sesiones de 45 a 50 minutos, consolidando este rango como un estándar clínico (Dobson & Dobson, 2018). Asimismo, este formato facilita la planificación de la agenda clínica y la elaboración de registros y notas terapéuticas, garantizando la continuidad y calidad asistencial (American Psychological Association [APA], 2017).
En consecuencia, la duración de 45 minutos no responde únicamente a una convención práctica, sino que se fundamenta en criterios de eficacia terapéutica, organización profesional y evidencia científica.

Referencias

·American Psychological Association. (2017). Practice guidelines for psychologists. APA. 
·Beck, J. S. (2011). Cognitive behavior therapy: Basics and beyond (2nd ed.). Guilford Press.
·Dobson, D., & Dobson, K. S. (2018). Evidence-based practice of cognitive-behavioral therapy (2nd ed.). Guilford Press.
·Kazantzis, N., Whittington, C., & Dattilio, F. (2018). Meta-analysis of homework effects in cognitive and behavioral therapy: A replication and extension. Clinical Psychology: Science and Practice, 27(2), e12321. https://doi.org/10.1111/cpsp.12321